Silvia Moreno, la anfitriona exquisita

Silvia Moreno, la anfitriona exquisita

Sonrisa perpetua, andar sigiloso, mirada atenta, ideas claras y estilazo de pies a cabeza. Ella es Silvia Moreno Figueiredo, creadora de Cenas Adivina, la persona que ha vuelto a poner de moda las tertulias alrededor de una mesa y las ha convertido en un negocio rentable en pleno siglo XXI.

La conocí personalmente hace unas semanas en la segunda edición de Cenas Adivina en Barcelona, aunque hacía mucho tiempo que le seguía la pista. Silvia es atenta, amable, dulce y tiene un gusto exquisito para crear un ambiente relajante y familiar, aunque esté a 600 kilómetros de su casa.

 

Foto de grupo de la Cena Adivina en Barcelona

 

Si no os queréis perder nada de lo que pasó en esa Cena Adivina en Barcelona podéis leerlo aquí. Silvia me pidió que escribiera un post para su web y ¡no me lo pensé dos veces!

En la era de las nuevas tecnologías, culpables de que hayamos cambiado el “¿tomamos un café?” por el “te mando un whatsapp y listo”, llega Silvia con sus Cenas Adivina y nos vuelve a juntar enfrente de una deliciosa cena y un buen vino para, como dice ella, aprender, disfrutar y compartir. “La gran protagonista de las cenas es, sin duda, la conversación”, dice Silvia. ¡Qué maravilla!

 

Cenas Adivina es conversación

 

Su negocio empezó por casualidad. En 2014, cansada de que sus conversaciones con su pandilla de amigos girasen única y exclusivamente alrededor de la maternidad (léase virus, pañales, vacunas y horas de sueño) organizó una cena en su casa para hablar de salud pública, la especialidad de una de las madres del colegio de sus hijos. Tenía ganas de conocer gente interesante, de aprender, de huir de los tópicos y pensó en repetir la experiencia que había vivido de pequeña en casa de sus padres, donde siempre recibían invitados y, muy a menudo, se celebraban comidas.

Esa primera cena lo cambió todo. Se esmeró en la preparación y cuidó hasta el más mínimo detalle: cocinó durante toda la tarde, compró flores, decoró la mesa y el salón para la ocasión, se tomó su tiempo para arreglarse y, en cuando sonó el timbre por primera vez, desplegó sus alas como la anfitriona perfecta que es. Todo lo demás surgió solo.

 

 

Sus amigos, cansados ellos también de las conversaciones monotemáticas en las que se veían atrapados, disfrutaron muchísimo del encuentro. El poder hablar de un solo tema “adulto” durante la velada y compartir sus opiniones les liberó. Y le pidieron que organizara otra cena y otra. Invitaron a más amigos. Y luego hubo otra cena y otra. Y, sin quererlo, nació Cenas Adivina, que cogió el nombre de la película “Adivina quién viene a cenar”, de Stanley Kramer, estrenada el 1967 y protagonizada por Katherine Hepburn y Spencer Tracy.

Dos años más tarde, Silvia se animó a dar el salto y, dejando atrás sus 15 años de experiencia como psicopedagoga en una reconocida empresa, se dedicó en cuerpo y alma a su proyecto, en el que confluían sus ganas de aprender y sociabilizar con su facilidad innata para recibir y conectar a gente. “Me hace feliz poder acercar a muchas personas temas interesantes de una manera tan sencilla y cómoda, como si estuvieran en el sofá de su casa. He convertido mi trabajo en mi pasión”, asegura Silvia.

 

 

Después de más de 150 cenas celebradas y casi el mismo número de expertos invitados (ya que algunos han repetido), han disfrutado de Cenas Adivina más de 1.500 personas. Y lo mejor de todo, un 70% de los invitados vuelven (¡nada mal!).

Expertos como Beatriz Millán, Núria Pérez, Andrea Amoretti, Laura Baena de Malasmadres, las chicas de Hello! Creatividad, Marta Simonet o el ex futbolista Míchel han hablado de temas tan variados como educación, arte, creatividad, coaching, vida en pareja, salud, casos de éxito… Y su calendario está lleno de nuevas propuestas hasta el próximo verano.

 

 

Desde la primera cena, Silvia ha contado con el apoyo de su familia: su marido Íñigo se ha implicado en el proyecto con los ojos cerrados y sus tres hijos se muestran cómplices y orgullosos del trabajo de su madre. Uno de ellos, tal y como explica Silvia, cuando le preguntaron en el colegio a qué se dedicaba su madre contestó: “mi madre hace cenas para aprender”. ¡A eso se le llama tener las cosas claras!

 

Silvia y su marido Íñigo. Foto de Silvia Plettenberg

 

Desde hace un tiempo, de la comida se encarga Tamara, de Cookita, mano derecha de Silvia en este proyecto. Ambas forman un tándem perfecto. Además, también cuentan con el patrocinio del mercado online Organizados y la bodega La Rioja Alta.

 

Tamara de Cookita

Silvia y Tamara forman un gran equipo

 

Silvia, ¿cuál fue el punto de inflexión que te llevo a dar el salto y emprender?

Cuando me di cuenta que aportaba más en Cenas Adivina que en la empresa donde trabajaba. Aunque el salto no fue a lo loco, antes ya había probado durante dos años el modelo de negocio y sabía que los números salían.

¿Qué obstáculos encontraste en el camino?

Sobre todo, mi propia inseguridad. Cuesta salir del ala protectora de la empresa grande. No sentí miedo, sentí vértigo. Pero fue la primera vez que confié en mí. Y a pesar del esfuerzo y las horas dedicadas, soy feliz con la decisión que tomé.

¿Qué papel han jugado para ti las redes sociales?

Yo a las redes sociales sólo puedo estarles agradecida. Me han ayudado a encontrarme, a descubrirme y me han puesto en contacto con gente maravillosa.

¿En tu día a día, donde encuentras inspiración?

La inspiración la encuentro escuchando a mis invitados y también descubriendo otros proyectos bonitos. Para mí, es muy importante descubrir y valorar lo que hacen otros.

Recomiéndame una cuenta de Instagram a la que sigas y que te inspire.

La verdad es sigo muchas y me resulta difícil quedarme solo con una. Pero hay una que he descubierto recientemente que me tiene emocionada: @mihermanamayor, es el proyecto de una chica de veintipocos años que acoge a niños de Chernobyl. Espero poder tenerla como experta en una de nuestras próximas veladas solidarias.

 ¿Hay alguna novedad a la vista para Cenas Adivina que nos puedas contar?

Pues tenemos dos novedades recientes y otra que está en camino. Las que hemos lanzado recientemente son las “Cenas Solidarias” y las “Veladas a ciegas”. Las primeras las empezamos en febrero con la presencia de Paco Arango hablando de su labor en la Fundación Aladina, y este mes de marzo nos han brindado la oportunidad de conocer la tarea de la Comisión de Ayuda al Refugiado de la mano de Amal y Damal, dos testimonios de superación y valentía. En las segundas presentamos a personas que hemos conocido en distintas Cenas Adivina y que creemos que pueden ayudarse entre sí, tanto en lo personal como en lo profesional.

Y actualmente estamos trabajando para poder llevar Cenas Adivina de viaje. Tenemos propuestas para ir a Miami, Bruselas… Esperamos poder hablar de ello pronto.

 

Silvia Moreno

 

La #historiabonita de Silvia es una historia de valentía, porqué supo adivinar el momento más adecuado para dar el salto y emprender; una historia de nostalgia, porqué Silvia ha sabido ser innovadora, pero justamente con un concepto nada nuevo, más bien vintage, la tertulia; y una historia de pasión, que es la que desprende Silvia cada vez que habla de su proyecto.

En mi lista de cosas a hacer en mi vida ya he tachado una: asistir a una Cena Adivina. Aunque, Silvia, te prometo que no será la última. ¡Gracias y por muchas veladas más!

No dejéis de visitar su web (www.cenasadivina.com), su Instagram (https://www.instagram.com/cenasadivina) o su Facebook (https://www.facebook.com/cenasadivina).

¡Feliz semana!

[Fotografía]: Olga Solà (@martinaybiel) y Cenas Adivina

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2 Comments
  • Parte de mi norte
    Posted at 17:29h, 21 marzo

    Qué post tan bien hecho y tan currado Rosa. Me entran muchas muchas ganas de participar en una Cena Adivina. Hace tiempo que les sigo la pista yo también 🙂

    • blogsandroses
      Posted at 18:13h, 21 marzo

      Ayy gracias por tus palabras, Ana! Viniendo de ti, tienen mucho valor ✨ ¿Te imaginas que coincidimos en una de sus cenas? Sería lo más, ?