
09 Feb Arkasa, la artesana hecha a sí misma
Tengo que confesar que esta primera #historiabonita me hace especial ilusión. Carol es amiga mía de toda la vida. Somos del mismo pueblo, fuimos a la misma escuela y siempre hemos formado parte del mismo grupo. Desde que en setiembre decidió dar el salto y emprender, tenía claro que quería compartir su vivencia con vosotros. Por cercana, por valiente, por emocionante.
Carol Rafales es la cabeza pensante y las manos creadoras de los productos Arkasa. Aunque estudió peluquería, pronto se dio cuenta que esta profesión no le permitía conciliar. Lo dejó y aprovechó para estudiar Empresariales y Administración y Dirección de Empresas por Internet, entre biberón y biberón. Sin saberlo, se estaba preparando para lo que le vendría.
La tienda de lanas, el inicio
Su carácter autodidacta y curioso le llevó, un día de octubre de 2013, a entrar en una tienda de lanas y pedir “un ovillo y dos agujas para hacer una bufanda”. Después de varias preguntas técnicas de la dueña que no supo responder, le confesó que no sabía tejer. Cuando llegó a casa, se pasó las siguientes horas viendo tutoriales de YouTube. Y así fue como empezó todo.
“Internet te va llevando de un sitio a otro. Cuando dominé la lana, aprendí trapillo y luego croché, siempre de manera autodidacta. Me gusta cuidar de mi familia, pero necesitaba llenar mis horas libres con algo y pasé de aprender diferentes técnicas a perfeccionarlas”, me cuenta Carol.
Las redes sociales, sobretodo Facebook, le ayudaron con el boca-oreja y las navidades de 2014 empezó a vender sus primeros productos. “Aquí es cuando pensé en crear una marca, pasar de ser ‘Carol, la chica de las bufandas’ a ser Arkasa”. Y creó la primera versión de su web, un catálogo fotográfico de sus productos, que pronto evolucionó a una plataforma de venta online.
Sus ansias de investigar nuevos productos la llevaron a interesarse por el patchwork y la costura y a crear nuevos productos como tote bags, bolsos de tela, neceseres… Empezó a trabajar con piel sintética y, poco a poco, su interés por este material fue en aumento.
Y ahora viene el punto más emocionante de la historia, ese en el que la casualidad y el destino se unen al trabajo duro y todo fluye
Justo en el momento en que Carol empezó a encariñarse con la piel y empezó a informarse sobre el tema, volvió a caer en sus manos un antiguo zurrón de piel de vacuno que su familia conservaba. Nadie sabía la procedencia de la pieza. De hecho, Carol ya la había visto en ocasiones anteriores, pero nunca había despertado en ella ninguna curiosidad hasta ese momento. Empezó a investigar y lo que descubrió marcó el futuro de Arkasa.
El zurrón pertenecía al hermano de un bisabuelo suyo que emigró a Argentina a principios del siglo XX y que, muy dado a los trabajos manuales, trabajó como ebanista y peletero [podéis leer la historia completa aquí]. “Esta coincidencia o casualidad fue la que me dio la fuerza definitiva para emprender. Pensé que a lo mejor era una señal, que un antepasado mío se hubiera dedicado justamente a la piel”.
Salto al vacío: es hora de emprender
Después de pasarse todo el verano informándose, diseñando, testeando y preparando su nueva colección de notebooks y agendas de piel, en setiembre de 2016 decide convertirlo en su negocio. En enero estrenó nueva imagen y nueva web, con un toque más distinguido y profesional. Es su manera de decir al mundo que ahora va en serio.
La obsesión por los pequeños detalles, la satisfacción de sus clientes, la máxima calidad en sus productos y por seguir innovando cada día, son sus máximas para que su negocio prospere. Dicen que para ser un buen artesano son necesarias 10.000 horas de trabajo. No sé cuántas horas llevará ya a cuestas, lo que sí sé es que en cada producto que diseña deja parte de su alma y que a poner horas no hay nadie que la gane.
Carol, ¿de dónde sale el nombre de Arkasa? Es un juego de palabras que significa Arte hecho en casa. La casualidad quiso que además coincida con las dos primeras letras de mi nombre y del de mi marido y mi hijo. Pero fue solo eso: casualidad.
¿De dónde te viene la inspiración? La verdad es que me sale de dentro, no puedo dejar de crear y de imaginar. A veces, mientras estoy hablando con alguien o haciendo alguna cosa me salta una chispa en la cabeza, y tengo que irme corriendo a casa a probar de materializar esa idea.
¿De qué errores has aprendido? Antes, mi propia pasión me llevaba a subir la foto de un producto recién terminado a las redes sociales, necesitaba compartirlo, porqué me sentía orgullosa. Pero he aprendido que es tan importante la fase de diseño como la de testeo. Hay que probar el producto, estresarlo, llevarlo al límite, antes de darlo a conocer. La satisfacción de tus clientes es lo que fortalece tu marca.
¿Cómo te ves de aquí a unos años? La verdad es que me conformo con poder seguir viviendo de mi pasión, sin preocupaciones, que pueda evolucionar y seguir innovando. A veces, me imagino teniendo mi propia tienda física o mi propio taller, un lugar en el que poder crear, y viendo que mi marca ha llegado a ser reconocida, al menos en mi sector.
Y hasta aquí la #historiabonita de la artesana autodidacta hecha a sí misma. ¡Te deseo mucha suerte en esta nueva etapa de Arkasa, amiga!
arkasa
Posted at 14:39h, 10 febreroM’encanta!!!!
blogsandroses
Posted at 14:42h, 10 febreroMe n’alegro, Carol!! Hauríem d’acabar dient: ‘posa un notebook d’Arkasa a la teva vida’ ?✨