
21 Jun 5 razones para visitar La Camargue este verano
La Camargue está siempre en mi lista de destinos. Estuvimos el verano pasado y nos encantó. Es un destino poco conocido, nada saturado, ideal para descansar, disfrutar con los niños, hacer fotos espectaculares. Es conocida mi debilidad por cualquier rincón de Francia, pero de verdad que, en vacaciones, La Camargue es un destino a tener muy en cuenta.
Hoy os cuento mis 5 motivos por los que volvería una y otra vez a La Camargue en mis vaciones en familia:
1. Un alojamiento perfecto
Una de las razones por las que volvería a esta zona es sin duda porque dimos en el clavo con el alojamiento. Descubrimos la familia Odalys y en concreto la Résidence-Club Odalys Les Gardians, cerca de Arles, y nos encantó. Son alojamientos de una planta, tipo apartamento, rodeados de naturaleza.
Les Gardians está situado en Le Village Camarguais, una especie de pueblo de vacaciones de gran extensión, que cuenta con piscinas, restaurantes, un lago, un circuito para caminar o ir en bici, un pequeño de golf, pistas deportivas, una hípica y todo en medio de la naturaleza, pero a pocos quilómetros del parque natural y del centro histórico de Arles. Nada pretensioso, pero muy cómodo, con un servicio excelente y un ambiente inmejorable.
2. Un pueblo con encanto: Aigues-Mortes
En La Camargue, todos los pueblos tienen su encanto, pero hay uno que es especial. Aigues-Mortes es una ciudad amullarada y rodeada de lagunas, canales e impresionantes salinas. Las murallas con torres y puertas fueron edificadas en el siglo XIII y aún se mantienen intactas.
Nos encantó pasear por sus calles, entrar en sus tiendas y cenar en un restaurante de la Place Saint Louis. Es sin duda una visita obligada si estás en la zona. No es un destino tan conocido como, por ejemplo, Carcassone, pero, salvando las distancias, Aigues-Mortes es una cité preciosa.
3. Una ruta en kayak alucinante: 4 horas por el Petit Rhone
En el delta de La Camargue desembocan dos ríos, el Rhone y el Petit Rhone. Es por este segundo que se ha habilitado una zona para poder hacer kayaking. La experiencia fue alucinante. A pesar de ser agosto, aquel día casi no coincidimos con nadie en nuestro descenso de 12 km en canoa. Es un plan ideal para los más pequeños y es completamente seguro, ya que el cauce del río es pausado y tranquilo y no hay peligros en el recorrido.
La excursión tiene una durada máxima de 4 horas (el tiempo que tienes para llegar al final del recorrido), pero está todo pensado para que puedas disfrutar de media jornada en el río. Unos barriles estancos te permiten poner tus pertenencias a salvo del agua y también llevar comida para tomar un picnic en alguna de las playas que te vas encontrando por el camino.
La empresa que organiza los descensos, Kayak Vert Camargue, también organiza salidas en zodiac, visita a manadas de toros (muy típido de La Camargue) en canoa y otros recorridos.
4. Una ruta en bici por playas desiertas: la digue à la mere
De rutas en bicicleta en La Camargue hay muchas, pero quizás la que más nos gustó fue la llamada “La digue à la mere”. Nosotros la hicimos partiendo de Saintes Maries de la Mer, la capital de La Camargue y un pueblo marinero precioso, que visitamos en muchas ocasiones.
Es una ruta que transcurre paralela a playas desiertas de arena blanca, a un lado, y marismas y salinas, llenas de vida, al otro. Durante la ruta, podréis divisar pájaros de todo tipo, muchísimos flamencos, y os advierto que os entrarán unas ganas enormes de acercaros a las playas que iréis descubriendo por el camino. Es un entorno protegido, por lo que solo se puede acceder en bici, a caballo o andando, así que seguro que podréis encontrar un rincón de playa para vosotros solos sin ningún problema.
Eso sí, hay que ir prevenidos. En verano, hace mucho calor, no hay muchas zonas de sombra en la ruta, así que hay que escoger bien la hora de la excursión. Al ser un paraje salvaje y natural, tampoco hay bares o fuentes por el camino, así que hay que ir bien preparado.
5. Una playa desierta: plage Napoleón
Y hablando de playas desiertas, si por una cosa se caracteriza La Camargue es por estar rodeada de ellas. Al ser una desembocadura doble, las zonas costeras se multiplican y muchas de ellas son de difícil acceso, por lo que si vais preparados y no os importa andar un poco vais a conseguir, muy fácilmente, fotos como estas.
Una de mis playas favoritas de La Camargue es la Plage Napoleon, situada en la localidad de Port Saint Louis. No hace falta andar muy lejos del párking (¡y en pleno agosto!) para poder montar vuestro campamento base alejados de la gente. Aguas templadas, montones de conchas, arena fina, vientecito ideal para volar la cometa y fotos de infarto garantizadas. ¡No os digo más!
6. Bonus track: de tiovivos, mercados y animales autóctonos
Y no podía terminar el post sobre La Camargue sin contaros tres datos más que os convertirán en unos expertos de la región.
¿Os gustan los tiovivos? Pues La Camargue (y, en general, toda la zona de La Provenza) es la zona con más tiovivos por metro cuadrado del planeta. ¡Y qué tiovivos! A cual más bonito y más bien restaurado.
Otra cosa muy típica de la zona son los llamados marchés provençals. Son los típicos mercadillos de alimentos, ropa, jabones, artesanía y producto local, que se van sucediendo día sí, día también, por cada uno de los pueblos de La Camargue. El que más nos gustó (y también el más grande de la zona) fue el de Saintes Maries de la Mer, que se celebra en la céntrica Place des Gitans.
Y he dejado para el final, la fauna local. Si habéis buscado un poco de información previa de La Camargue, sabréis que los caballos y los toros son los protagonistas de la cultura camarguesa. A mi los toros, como que me dan mucho repeto, pero para los amantes de estos animales, podréis verlos correr en libertad por los pastos, por tierra, mar y aire, y visitar las famosas manades o ganaderías.
El caballo camargués es un caballo blanco, no muy grande y muy noble. Campan a sus anchas por los prados y las marismas y son bienvenidos en cualquier ruta del parque natural. Los veréis por todos lados y os será fácil tenerlos cerca. Tampoco tendréis problema en encontrar hípicas (las hay por todas partes) para poder dar un paseo con ellos. Ya sabéis que el caballo es mi animal preferido. Así que para cerrar el post de hoy, os dejo con estas fotos que tantos recuerdos me traen y tanto me gustan.
Espero que visitéis muy pronto La Camargue. ¡Ya me contaréis!
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